Shriner comparte el viaje singular del padre de un paciente que se convirtió en Noble de la fraternidad

Cuando Adam llevó a su hijo de 11 años a su cita más reciente en Shriners Children's, había algo diferente en el padre.

Adán llevaba puesto un fez de Mirza, menos de una semana después de unirse a Shriners Internacional. “Estaba muy orgulloso de entrar al hospital con mi hijo mientras usaba el fez”, dijo.

Aunque no comenzó formalmente el proceso de petición hasta hace poco, su viaje para convertirse en Shriner en realidad comenzó hace casi una década después de un trágico accidente en su casa.

Adam estaba limpiando el jardín y quemando maleza cuando Jeffrey tiró la lata de combustible.

Los vapores de la lata de gasolina se incendiaron y quemaron a Jeffrey, que entonces tenía solo 2 años, en casi el 50 % de su cuerpo. Adam inmediatamente agarró a su hijo y sofocó las llamas, quemándose las manos en el proceso.

Un vecino llamó al 911 y el pequeño Jeffrey fue trasladado en avión a un hospital en Kansas City, donde luego fue trasladado a Shriners Children's, un hospital especializado en quemaduras pediátricas en Ohio.

Adam, que necesitaba tratamiento para sus propias quemaduras, pasó las primeras 24 horas a más de 600 millas de su esposa e hijo. “Por supuesto que estaba preocupado por ellos”, dijo. “Pero no estaba en condiciones de estar con ellos en ese momento. Me sentía mejor sabiendo que mi esposa estaba con él y que iría con ellos tan pronto como pudiera”.

Pero su ansiedad no disminuyó ni siquiera después de llegar al lado de la cama de su hijo. “No reconocí a mi hijo”, recordó. “Estaba tan cubierto de vendajes y conectado a máquinas que ya no pareciera al hijo que yo conocía”.

Adam y su esposa se apoyaron en la experiencia del personal clínico y la generosidad de los Shriners durante la estadía de tres meses de Jeffery en el hospital. “Los médicos y los enfermeros sabían qué esperar y se tomaron el tiempo para explicarnos cada paso del proceso de curación de una manera que pudiéramos entender”, dijo. “Tampoco tuvimos que preocuparnos por los artículos de tocador o la ropa ni bien llegamos. Se aseguraron de que tuviéramos todo lo que necesitábamos para que pudiéramos concentrarnos solo en Jeffrey”.

También aprendió más sobre la organización fraternal, viendo a los equipos de transporte conocidos como "Road Runners" traer a niños de todas partes de Estados Unidos para el tratar sus quemaduras, labio leporino y paladar hendido, y afecciones complejas de la piel y heridas. “Los había visto en desfiles en Kansas, pero no entendí del todo la misión hasta que estuve en el extremo receptor de su filantropía”, dijo.

Pero la mayor parte del enfoque de Adam estaba en ayudar a Jeffrey a mejorar. Cada meta alcanzada por Jeffrey, como aprender a caminar y usar las manos, era digna de celebración. Jeffrey siguió mejorando y, finalmente, el tiempo entre cada cita en el hospital se alargó gradualmente a medida que se fortalecía.

Aun así, no fue sino hasta hace unos años que Adam dijo que se sintió llamado a servir después de un encuentro casual con un Shriner durante un evento comunitario. "Le conté sobre mi conexión personal con Shriners y lo que experimentó mi hijo, y me invitó a unirme", recordó Adam.

Dos años más tarde, Adam es ahora uno de esos nobles que ayuda a recaudar fondos para la próxima familia que pueda necesitar atención especializada en Shriners Children’s. “Ahora he visto ambos extremos del espectro”, dijo Adam. "Los Shriners estuvieron allí para mí y para mi hijo, y ahora puedo estar allí para otras familias y saber que estoy marcando la diferencia con solo usar este fez".