Ex paciente inspirada para convertirse en enfermera después de años de cuidado de quemaduras e innovadores tratamientos con láser

Fue una llamada telefónica que ningún padre quiere recibir.

En 2010, mientras Hilary, una maestra de escuela primaria, estaba en su trabajo, una amiga y vecina cuidaba a sus hijos pequeños. Cuando su amiga giró para colar una olla de macarrones para los niños, no se dio cuenta de que la hija de 8 años de Hilary, Olivia, estaba detrás de ella. Las dos chocaron y el agua hirviendo se derramó por la espalda de Olivia, y provocó horribles escaldaduras. Hilary fue rápidamente del trabajo a la casa de su vecina justo a tiempo para encontrarse con la ambulancia e ir con Olivia a la sala de emergencias. Con solo mirar a su pequeña, Hilary supo que estaba mal.

Una vez que Olivia se estabilizó en el hospital local, Hilary y su esposo Jeff comenzaron a escuchar de sus contactos que el Hospital Shriners para Niños Boston era el mejor lugar para que Olivia recibiera atención especializada en quemaduras. A través de una conexión del vecindario, se comunicó con Dan Driscoll, M.D., un cirujano plástico del Hospital Shriners para Niños Boston que ayudó a facilitar el traslado de Olivia al hospital para quemados. Es una decisión por la que Olivia y su familia están profundamente agradecidos más de 13 años después.

Olivia recuerda haber llegado al Hospital Shriners para Niños Boston a altas horas de la noche. La enfermera Debbie la recibió con un gran peluche, una manta y su presencia cálida y reconfortante. Hilary recuerda la habilidad de Debbie al colocar una vía intravenosa en Olivia, quien estaba muy asustada. “Olivia ya era una niña ansiosa y tenía miedo de ir a otro hospital. Debbie se ocupó de la situación de manera tranquila y eficiente y cuidó de mi hija. Debbie y los otros enfermeros de Olivia, Guy y Lynn, fueron nuestra salvación”, dijo Hilary.

Bajo el cuidado de una cirujana especializada en quemaduras, la Dra. Colleen Ryan, Olivia se sometió a cirugías de injerto de piel para tratar las quemaduras de tercer grado en la espalda. Permaneció en el hospital durante casi un mes y recuerda lo increíble que fue el equipo de primera infancia. “Rebecca de desarrollo infantil era mi mejor amiga”, dijo Olivia. “Me llevó a la sala de juegos e hicimos manualidades juntas. Fue difícil estar en el hospital, pero casi me gustaba estar en Shriners. El personal me hizo sentir especial”.

Con una quemadura como la de Olivia, se necesita cuidado plástico y reconstructivo para tratar las cicatrices hipertróficas, o elevadas, a medida que el niño crece. En primer lugar, el Dr. Driscoll trató a Olivia y luego el Dr. Matthias Donelan, M.D., cuando se la invitó a participar en su estudio sobre la eficacia de un potente láser. Hilary recuerda cómo el Dr. Donelan esquematizó la elevación de las cicatrices en relieve de su hija. Aunque estos tratamientos tenían tiempos de recuperación más largos, Olivia estaba encantada de que sus cicatrices fueran más lisas y elásticas. “El Dr. Donelan es simplemente el mejor”, dijo Olivia.

Durante sus años de tratamiento, Olivia hizo frente a todo, incluida la ansiedad que tan a menudo es parte de las visitas continuas al hospital y la rehabilitación. Desarrolló un vínculo más profundo con su “mejor amiga”, la especialista en la primera infancia Rebecca Wildes, MS, quien le enseñó estrategias de afrontamiento y la presentó en el grupo de adolescentes del Patient and Family Advisory Council (PFAC). “El grupo de adolescentes del PFAC es un espacio seguro para conectarse con otros sobrevivientes de quemaduras sobre cosas que solo nosotros conocemos, como tratar con personas que ven nuestras cicatrices por primera vez”, compartió. Olivia se convirtió en mentora del grupo y describió lo significativo que era compartir su sabiduría con los pacientes más jóvenes.

Ahora con 21 años y estudiante del último año en la Universidad de Fairfield en Connecticut, Olivia está en condiciones de graduarse en mayo con su título en enfermería. Inspirada por los enfermeros dedicados y capacitados del Hospital Shriners para Niños Boston, Olivia sabe que puede marcar la diferencia para sus pacientes. “Shriners es un centro increíble con un personal que realmente hace milagros. Recibí la mejor atención posible para mis quemaduras y también aprendí mucho de los enfermeros sobre vendajes, prendas de compresión y cuidados en el hogar. Comprendí a través de ellos lo fundamental que es la educación para el cuidado de enfermería. Me encanta enseñar a mis pacientes y siempre lo haré parte de mi práctica de enfermería”, dijo Olivia.

Hilary está asombrada por su hija, quien se sintió una vez aterrorizada de recibir una vía intravenosa, quien ahora puede colocarse una ella misma. “Olivia es mi heroína. Es más fuerte de lo que alguna vez pensó que podría ser. No me puedo imaginar haberla llevado a ningún otro lugar para recibir atención. Nadie de nuestra familia puede pensar en Shriners sin lágrimas en los ojos. Todos estamos muy agradecidos de saber que nuestras vidas serían irrevocablemente diferentes sin todo lo que el personal de Shriners hizo por nuestra familia”, dijo.