Cierre completo de un ciclo: Expaciente se reúne con su médica y comparte un homenaje especial

La atención tuvo tal impacto en Austin que nombró a su hijo en honor a su médica principal.

El recorrido de Austin en el Hospital Shriners para Niños de Lexington comenzó cuando era un bebé.

Nació sin dos dedos de los pies y con una discrepancia en la longitud de las piernas. Sus padres, Lisa y Adam, estaban decididos a encontrar el mejor tratamiento posible para su hijo: uno que le permitiera caminar, correr y, lo más importante, vivir la vida según sus propios términos.

Al principio, Lisa y Adam creyeron que tendrían que viajar hasta Boston para que pudiera recibir el tratamiento, pero luego se enteraron del Hospital Shriners para Niños de Lexington. Unas semanas después, conocieron a la Dra. Janet Walker, MD, y todo cambió.

Tres décadas después de aquella primera visita, Austin regresó al Hospital Shriners para Niños de Lexington, no como paciente, sino como padre, con alguien muy especial para presentarle al personal: su hijo de cinco años, Walker, llamado así en honor a la médica que ayudó a Austin a caminar.

Un reencuentro que se gestó por años.

Austin, que ahora tiene 34 años, pasó 20 años como paciente del Hospital Shriners para Niños de Lexington y se sometió a numerosas cirugías y tratamientos que ayudaron a dar forma a su futuro. Este día, se encontraba en la clínica, en el tercer piso, vestido con su característica camisa vaquera, jeans y botas, junto a su esposa, Katie, y sus padres.

Walker, un niño tímido pero observador, de cabello rubio, estaba cerca, vestido igual que su papá. Esperaron juntos en un sofá verde, en un rincón den la parte trasera de la clínica. La anticipación se podía palpar en el aire. Entonces, apareció la Dra. Walker.

En ese instante, los años de gratitud y los recuerdos surgieron. La familia se puso de pie para saludarla, e intercambiaron cálidos abrazos y sonrisas. Walker, curioso y silencioso, se asomó por detrás de sus padres mientras observaba a la mujer que había cambiado la vida de su papá.

“Quería verla antes de que se jubilara y presentarle a Walker. Gracias a usted, hoy puedo caminar”, le dijo Austin a la Dra. Walker.

Lisa se hizo eco del mismo sentimiento. “Gracias a usted, él puede caminar, conducir un camión y usar botas y todo”, dijo.

La Dra. Walker se arrodilló para estrechar la mano del pequeño Walker.

Ahora no vivo mi vida pensando que no puedo hacer nada. Todo lo que quiero hacer, intento hacerlo y trato de hacerlo lo mejor que puedo. Y Shriners me ha ayudado mucho con eso.
Austin, expaciente de Hospital Shriners para Niños de Lexington

Una historia de resilencia y atención médica

El recorrido de atención médica de Austin comenzó con incertidumbre. Su familia primero temió que fuera necesaria una amputación. Pero, cuando conocieron al equipo del Hospital Shriners para Niños de Lexington, encontraron atención especializada y un sistema de apoyo que los guiaría a través de lo desconocido.

“Cuando llegamos, ya habíamos consultado a otros médicos”, dijo Lisa. “Pensábamos que tendríamos que viajar lejos para recibir atención, pero nos dijeron que teníamos todo lo que necesitábamos aquí en Lexington”.

El equipo de Lexington elaboró rápidamente un plan de atención personalizado para Austin, con una serie de cirugías de alargamiento de piernas y tratamientos ortopédicos. A lo largo de los años, Austin se sometió a varios procedimientos, cada uno de los cuales lo acercaba un poco más a sus sueños de caminar, trabajar y vivir la vida al máximo.

No era raro que Austin estuviera semanas recuperándose en el área para pacientes hospitalizados que tenía el Hospital, pero él nunca se quejó. “Siempre me sentí tan en casa en Shriners como en mi verdadera casa”, dijo Austin.

Un año, para Halloween, en las antiguas instalaciones de Richmond Road, Lisa convirtió la silla de ruedas de Austin en un camión semirremolque, en referencia al sueño de la infancia de Austin de conducir un camión de 18 ruedas, como habían hecho su padre y su abuelo.

Austin también recuerda jugar a las escondidas con otros pacientes por todo el edificio e interactuar con los Shriners que venían a trabajar de voluntarios y pasar tiempo con ellos. “Me alegro de que, a pesar de todas las cirugías y todo eso, tengas buenos recuerdos”, le dijo la Dra. Walker a Austin.

De paciente a padre

Hoy, Austin se enorgullece de ser camionero y agricultor. Hoy, los sueños que alguna vez creyó inalcanzables son su realidad.

Junto con su esposa, Katie (novios desde la escuela secundaria del condado de Jessamine) tienen dos hijos: Walker, de 5 años, y Oaklynn, de 2 años.

La decisión de llamar Walker a su hijo fue sencilla, pero también muy significativa. “¿Sabías que el apellido de ella es Walker?” Le dijo Austin a su hijo cuando fueron de visita. “Te pusimos el nombre de la Dra. Walker, porque gracias a ella hoy tu papá puede caminar”.

Katie dijo que siempre les había gustado el nombre por su aire al Viejo Oeste, pero a medida que iban descartando posibilidades, Austin reflexionó sobre lo mucho que había significado la Dra. Walker en su vida. “Y entonces lo supimos”, dijo Katie. “Ese iba a ser el nombre”.

Lisa dijo que fue un momento significativo cuando se enteró de que su nieto tendría el nombre del Dr. Walker. “Se me derritió el corazón”, dijo Lisa.

La Dra. Walker también estaba emocionada. “Es un orgullo haber podido causar una impresión tan positiva en la vida de Austin para que él y su esposa hayan elegido mi apellido para su primer hijo”, dijo.

un paciente sentado en una cama de hospital sonriendo mientras está rodeado de bolsas de regalos

Austin sonríe después de celebrar su cumpleaños en las antiguas instalaciones del Hospital Shriners para Niños Lexington .

Un legado de apoyo y determinación

Según Austin, una de las mejores partes de venir al Hospital Shriners para Niños de Lexington, además de la increíble atención que recibió, fue cómo todo el personal siempre lo apoyó. Sus sueños y su esperanza nunca estuvieron fuera de su alcance, incluso con los obstáculos que enfrentó.

“Ahora no vivo mi vida pensando que no puedo hacer nada” , dijo Austin. “Todo lo que quiero hacer, intento hacerlo y trato de hacerlo lo mejor que puedo. Y Shriners me ha ayudado mucho con eso”.

Austin espera que sus hijos también tengan la misma resiliencia y determinación.

Walker ya está siguiendo sus pasos, de forma literal y figurativa. Al igual que su padre, a Walker le encantan los camiones, los tractores y la vida agrícola. Con sólo 5 años, ya puede conducir una cosechadora, una retroexcavadora y una minicargadora. Sus padres incluso bromean diciendo que quiere tomarse “vacaciones” de la escuela para pasar más tiempo trabajando en el campo. “Y, por supuesto, Walker se caracteriza por usar botas, jeans y camisas vaqueras”, dijo Katie.

El impacto duradero de una doctora

La Dra. Walker dijo que su objetivo siempre es ayudar a cada niño a progresar y alcanzar su máximo potencial. A menudo, la edad adulta es uno de los hitos definitivos. “Muchos pacientes nos abandonan antes de alcanzar ese hito”, afirmó. “Nunca sabemos realmente si todo nuestro trabajo les ayudó a convertirse en ciudadanos felices, saludables y productivos en nuestra sociedad”.

Pero dijo que Austin sin duda logró ese objetivo, y ella estaba feliz de haber podido verlo.

Lisa dijo que nunca olvidaría lo que el personal del Hospital Shriners para Niños de Lexington hizo por su familia, y recordó la compasión que mostró la Dra. Walker durante algunos de sus momentos más difíciles. “Significa mucho cuando un médico tiene un lado más humano, y usted siempre tuvo tiempo para nosotros durante el momento más aterrador de nuestra vida”, le dijo Lisa a la Dra. Walker.

Reflexionando en el encuentro, una cosa quedó clara: El impacto de la Dra. Walker en la vida de Austin se extendió mucho más allá de la medicina. “Me alegro de poder darle las gracias, porque hoy yo no sería quien soy sin ella”, dijo Austin. “A veces cuando trabajas, piensas que tu trabajo pasa desapercibido, y es agradable recordar que lo que haces importa”.

Austin se reúne con la Dra. Walker y comparte un homenaje especial

La familia de Kentucky lleva a su hijo a conocer a su tocaya por primera vez.

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