Angel, que ahora tiene 11 años y es oriunda de Seguin, Texas, es actualmente paciente de ortopedia del Hospital Shriners para Niños de Texas en Galveston. Desde el momento en que llegó al mundo, su afección requirió atención inmediata. Le colocaron yesos inmediatamente al nacer, y se sometió a su primera cirugía tan solo a los nueve meses.
Su experiencia con Shriners Children's comenzó en el Hospital Shriners para Niños de Salt Lake City cuando tenía 3 años. Los médicos monitoreaban de cerca su placa de crecimiento durante el uso de dispositivos protésicos conocidos como ortesis de tobillo y pie (AFO, por sus siglas en inglés). Con el tiempo surgieron complicaciones. La placa de crecimiento de su pie izquierdo estaba cerrada, y también tenía una discrepancia en la longitud de las piernas y sufría un persistente dolor de cadera. A medida que crecía, Angel se enfrentó a una decisión crítica que la mayoría de los niños nunca van a tener que tomar.
Cuando tenía 7 años, le dieron dos opciones de tratamiento: someterse a un procedimiento para fusionar todos los huesos del pie, o amputarse ese pie. En lugar de tomar una decisión apresurada, Angel se tomó su tiempo. “La dejé reflexionar sobre ello durante un año para que pudiéramos investigar. Es una decisión importante”, dijo su madre.
Después de reflexionar cuidadosamente, Angel tomó la valiente decisión de proceder a la amputación de su pie izquierdo.
Cuando su familia se mudó a Texas, Angel continuó su atención en el Hospital Shriners para Niños de Texas, donde le realizaron un pie protésico en el departamento de Servicios Ortopédicos y Protésicos Pediátricos (POPS) del hospital. Con resiliencia y optimismo, se adaptó rápidamente a la vida con su prótesis y le dio la bienvenida a nuevas oportunidades.
Su doctora, la Dra. Janay McKie, MD, jefa de personal de ortopedia del Hospital Shriners para Niños de Texas, dijo que la familia de Angel la apoyó mucho durante su experiencia.
“Ella continúa desafiando sus propios límites, así como los límites de su equipo de tratamiento”, dijo la Dra. McKie. “Aprendimos mucho atendiendo a Angel. Es un placer trabajar con ella y su familia”.
Tiene un lugar especial en mi corazón. Shriners es un lugar donde me ayudan con mis pies: es el mejor lugar.
A pesar de los desafíos de salud que ha enfrentado, Angel prospera en su vida personal y académica. Es una artista apasionada que ganó el primer premio de su escuela con una pintura, mostrando su talento y creatividad. También tiene un gran amor por la ciencia, un tema que despierta su curiosidad y deseo de aprender.
Los intereses de Angel no terminan ahí: tiene un talento natural para la actuación y el teatro. Toma clases de teatro en la escuela, y se prepara para subirse al escenario con sus compañeros de clase. Su capacidad para memorizar líneas e interpretar distintos papeles con confianza habla de su determinación y amor por las artes. A Angel también le gusta la actividad física. Ella quiere jugar vóleibol en la universidad, y le divierte saltar en el trampolín. Ella no deja que su enfermedad la detenga en nada.
Después de haber pasado tanto tiempo en Shriners Children's, Angel se siente como en casa cuando en el Departamento POPS. “Tiene un lugar especial en mi corazón. Shriners es un lugar donde me ayudan con mis pies: es el mejor lugar”, expresó Angel.
