Conozca a Carlitos
Recibió atención médica y formó amistades en el Hospital Shriners para Niños del Norte de California tras un accidente que le cambió la vida.
A algunos niños les encanta leer; a otros, dibujar o colorear; y algunos prefieren disfrazarse de superhéroes o princesas. Para Carlos, conocido como Carlitos entre familia y amigos, nada se compara con la alegría de andar en bicicleta.
En un día cálido y soleado de mayo de 2023, Carlitos estaba andando en bicicleta en su patio trasero en Modesto, California. Le encantaba hacer eso con su familia. De repente, Carlitos se cayó de su bicicleta y se lastimó el tobillo. En ese momento, sus padres no imaginaron que fuera algo demasiado grave y él siguió jugando. Como medida de precaución, lo llevaron a una clínica cercana al día siguiente para hacerle una radiografía y los médicos los tranquilizaron, diciéndoles que estaba bien. Se quedaron tranquilos por el momento. Lo que no sabían es que ese iba a ser el primer día de un viaje lleno de dificultades.
Ana Lilia, la mamá de Carlitos, sintió que algo andaba mal cuando notó que los días siguientes, su niño no estaba alegre y activo como antes, ya que Carlitos se quejaba de dolor en los pies y tenía dificultad para caminar. En la ceremonia de graduación de su jardín de infantes, ya no pudo soportar el dolor, lo que llevó a sus padres a llevarlo nuevamente al hospital. Esta vez, la visita fue diferente: Lo llevaron a urgencias y tras algunos chequeos, el médico les informó que había un helicóptero médico esperando para trasladar a Carlitos a un hospital más grande en Madera, California.
“Como familia, fue uno de los momentos más difíciles que hemos pasado”, dijo Ana Lilia. “Me sentí perdida y asustada por lo rápido que todo se intensificó, y no sabía qué hacer para que Carlitos se sintiera mejor”.
Los médicos descubrieron que Carlitos tenía una infección por bacteria de estreptococo en el tobillo. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el estreptococo es una bacteria que puede causar una variedad de infecciones. La mayoría de las infecciones por estreptococo son leves, pero algunos casos son graves o incluso potencialmente mortales. El caso de Carlitos fue uno de ellos: tenía hemorragia interna a causa de la caída y la ausencia de antibióticos lo había enfermado, provocándole insuficiencia renal y baja presión arterial. Estuvo en coma inducido durante unos días y, como tenía el sistema inmunológico comprometido debido al asma, tuvieron que esperar a que los antibióticos hicieran efecto.
“Fue desgarrador ver a Carlitos en esa posición”, dijo Roberto, el padre de Carlitos. “No pude evitar pensar en lo que habíamos hecho mal y la sensación era aterradora”.
Este es mi hospital, me encanta jugar con Allie y Kayla de desarrollo infantil, y me encanta lo amables que son todos los enfermeros conmigo.
En Madera, los médicos recomendaron trasladar a Carlitos a un hospital especializado para una mejor atención. La familia decidió que el Hospital Shriners para Niños de Sacramento era su mejor opción. El Hospital Shriners para Niños del Norte de California es líder mundial en la prestación de atención pediátrica especializada para niños que viven con algunas de las afecciones médicas más complicadas y complejas.
Jason Heard, M.D., un cirujano de quemaduras en el Hospital Shriners para Niños del Norte de California, supervisó la primera cirugía de Carlitos. Debido a la condición de Carlitos al llegar y para evitar que la infección se propagara, el Dr. Heard tuvo que tomar la difícil decisión de amputar ambos pies de Carlitos. Las manos de Carlitos también resultaron dañadas, pero se salvaron y con terapia recuperaron total movilidad.
"Carlos estaba muy enfermo cuando llegó a Shriners Children's, con múltiples órganos que no funcionaban y heridas extensas en las piernas y las manos", dijo el Dr. Heard. "Carlos se puso muy triste cuando le dijeron que no podíamos salvarle las piernas, pero se mantuvo valiente y fuerte durante todo el proceso. Trabajó muy duro y siempre enfrentó cada desafío con decisión. Hizo terapia con un dolor insoportable, que finalmente determinamos que era una cadera séptica. Carlos también tuvo éxito porque tenía una familia tan cariñosa que siempre estuvo a su lado, ayudándolo a llegar a la meta".
Inesperadamente, cuando la familia pensó que estaban en el camino final hacia la recuperación, una resonancia magnética reveló otra infección bacteriana en las piernas de Carlitos. La infección había llegado a su pierna izquierda y cadera, provocando una cadera séptica. Esta vez, los cirujanos ortopédicos Holly Leshikar, M.D., y Joel Lerman, M.D., trabajaron juntos para controlar la infección y realizaron una nueva cirugía a Carlitos para prevenir futuras complicaciones sépticas.
La familia de Carlitos vivía en Modesto, a dos horas en auto desde Sacramento. El padre y los hermanos de Carlitos hacían largos viajes casi todos los días, equilibrando el trabajo y la escuela para pasar tiempo con él mientras la madre se quedaba a tiempo completo en el hospital. Durante estos meses, la familia se hizo más unida y, gracias a los amigos y la familia extendida, la carga de estar lejos de casa se alivió.
Pero sus parientes de sangre no fueron el único apoyo que encontraron. Es común que las familias de los pacientes se hagan amigos y se vean a diario en diversas actividades del hospital. Un día, un fisioterapeuta le presentó a Carlitos a otro paciente, Jaziel, que también tenía doble amputación. En ese momento, Carlitos estaba aterrorizado de usar piernas protésicas, temiendo caerse y lastimarse nuevamente. Eso cambió cuando Jaziel le mostró a Carlitos una foto de él mismo montando a caballo con sus piernas protésicas.
“Pude ver cómo se le iluminaban los ojos”, dijo Ana Lilia. “Vió todas las nuevas oportunidades que tenía ante sí y supe que todo iría bien”.
“La fisioterapia no fue fácil”, dijo Carlitos, refiriéndose al tiempo que necesitó para aprender a usar su silla de ruedas y fortalecer sus brazos para pasar de la silla de ruedas a la cama.
Un día, Debbie Minter, fisioterapeuta, les tenía una sorpresa a los padres de Carlitos. Durante una sesión de terapia, les mostró parte de su progreso usando una bicicleta modificada, donde los manubrios funcionaban como pedales. Carlitos anduvo en la bicicleta con orgullo, demostrándoles a sus padres el progreso que había logrado.
“Todos empezamos a llorar, fue muy emotivo”, dijo Ana Lilia. “Nunca pensé que lo volvería a ver tan feliz y tan natural montando en bicicleta”.
“Este es mi hospital”, dijo Carlitos. “Me encanta jugar con Allie y Kayla de la etapa infantil, y lo amables que son todas las enfermeras conmigo”.
Las investigaciones muestran que los niños que están preparados para sus experiencias médicas tienen menos miedo, mayor cooperación y menos respuestas negativas. Por eso, Shriners Children’s ofrece especialistas en desarrollo infantil y terapeutas recreativos (CL-RT) para los pacientes y sus familias, con el fin de ayudar a reducir el estrés asociado con la atención médica. El servicio de CL-RT ayudó a Carlitos a sobrellevar la situación a través del juego, actividades de autoexpresión y preparación y educación médica apropiadas para su edad.
Carlitos ya tiene 7 años. Continúa con fisioterapia para aprender a usar una de sus piernas protésicas mientras espera que su cuerpo sane por completo para poder comenzar a usar ambas. Tiene muchas ideas para el futuro. Le encantaría ser músico como su padre, policía o bombero. Una cosa que todos saben sobre Carlitos es que será lo que sueñe.
“No tengo palabras para agradecer a todos los que nos ayudaron durante el camino de Carlitos”, dijo Ana Lilia. “El conocimiento, el cuidado y el trabajo en equipo que he presenciado aquí son incomparables. Al equipo médico, El departamento POPS, enfermeras, especialistas en vida infantil y personal de servicios ambientales, gracias desde el fondo de mi corazón. Shriners Children's salvó la vida de Carlitos y restauró el espíritu de nuestra familia".