Conozca a Noah
Con la ayuda del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra, Noah está demostrando que todo es posible.
Noah fue diagnosticado con pie equino varo antes de nacer y pasó a ser paciente del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra cuando tenía una semana de edad. El pie zambo es una afección ortopédica congénita, en la que uno o ambos pies del niño están torcidos, apuntando hacia abajo o hacia adentro. En el caso de Noah, sólo su pie derecho fue afectado. Su equipo de atención comenzó de inmediato un tratamiento de enyesado para corregir la posición del pie, y luego le coloraron férulas para intentar mantener esta posición.
Cuando tenía 3 años, a Noah también le diagnosticaron hemimelia del peroné, un tipo congénito de deficiencia de las extremidades caracterizada por el subdesarrollo o ausencia de un hueso de la parte inferior de la pierna. Además, dos huesos de su pie derecho se habían fusionado, lo que le dificultaba caminar y le hacía doloroso el movimiento. A pesar de ello, aprendió a montar en bicicleta y probó todos los deportes que le interesaban a medida que crecía. “Siempre le dijimos a Noah que podía lograr todo lo que se propusiera”, dijo su madre, Melissa. “Puede que sea un poco diferente a sus amigos, pero con la ayuda de Shriners Children's, encontramos una manera de que pueda hacer lo que quiera”.
Las opciones de tratamiento para la deficiencia de las extremidades de Noah eran variadas: incluían desde una reconstrucción del pie , un procedimiento de crecimiento guiado y la amputación. Con el objetivo de mejorar la función y proporcionar una base estable para soportar peso, la amputación parecía ofrecer las mejores posibilidades.
“Fuimos a clínicas de amputación, hablamos con muchas familias e investigamos mucho”, dijo Melissa. “Pasamos tres años pensando en esta decisión tan seria e incluimos a Noah en el proceso de toma de decisiones. La clave de la cuestión era cómo se sentía él”.
Cuando tenía 9 años, Noah se sometió a una amputación del pie a la altura del tobillo que preservó la almohadilla del talón. Se mostró optimista sobre la decisión. “Había visto a atletas hacer grandes cosas con prótesis”, dijo. “Estaba listo y algo emocionado”.
La mejor parte de la experiencia durante mi tratamiento en Shriners fue escuchar las historias de otras personas. Siempre me ayudó a encontrar formas de adaptarme y superar los problemas, y ahora quiero ayudar a otros de la misma manera.
Después de la cirugía, Noah trabajó con los fisioterapeutas del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra para aclimatarse a sus nuevas prótesis de pierna y pie. “Al principio me resultó extraño caminar, era como aprender a andar en bicicleta de nuevo”, recuerda. Al moverse con piernas de la misma longitud y sin dolor, Noah pudo progresar rápidamente. “Antes, yo cojeaba o saltaba para trasladarme. Gracias a esto, estuve estable y pude cambiar de dirección rápidamente. Fue la mejor decisión que pude tomar”.
Con los años, el fútbol americano se convirtió en una pasión para Noah, y el equipo de Servicios Ortopédicos y Protésicos Pediátricos (POPS) de Shriners Children's trabajó con él para determinar qué prótesis podrían soportar el esfuerzo físico de este deporte. En la escuela secundaria, jugó como tackle ofensivo y defensivo. “Se necesita la fuerza del impulso de las piernas para mover a una persona que pesa 130 kilos”, explicó. “Una vez, me rompí la prótesis cuatro veces la misma semana, y el equipo POPS estuvo allí para arreglarla cada vez”.
Hoy, Noah está agradecido de poder competir junto a sus compañeros a nivel universitario. “Soy tan capaz como cualquier otra persona”, dijo. “Cuando los jugadores de otros equipos se enteran de que llevo una prótesis, se quedan atónitos”.
Aunque su deficiencia en las extremidades quizás no sea obvia para quienes están en el campo de fútbol, a Noah le gusta compartir su inspiradora historia con otros. “La mejor parte de la experiencia durante mi tratamiento en Shriners fue escuchar las historias de otras personas” dijo. “Siempre me ayudó a encontrar formas de adaptarme y superar los problemas, y ahora quiero ayudar a otros de la misma manera que me ayudaron a mí”.
En la actualidad, Noah es el paciente embajador del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra y, más recientemente, habló con jugadores de fútbol americano de secundaria de Vermont y New Hampshire en el Shrine Maple Sugar Bowl en Castleton, Vermont.
“Quiero mostrarles a los demás que todo es posible”, dijo Noah. “Y yo soy prueba viviente de ello, gracias al apoyo del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra”.