Persiguiendo un sueño
Caminar, una tarea que para muchos niños parece natural, se convirtió en todo un desafío para Romina, quien enfrenta la parálisis cerebral infantil (PCI) desde su nacimiento prematuro a los 7 meses.
Esta condición ha afectado sus habilidades motrices, convirtiendo cada avance en una victoria significativa y demostrando la fuerza única de Romina.
La PCI impacta el tono muscular, el movimiento y la coordinación, presentando desafíos únicos a quienes la padecen. Para Romina, de 10 años, el mayor reto ha sido conquistar la habilidad de caminar.
Antes de iniciar su tratamiento en Shriners Children's Monterrey, Romina experimentaba muchas complicaciones. La malformación en sus pies le causaba dolor y presentaba desafíos tanto físicos como emocionales. Sin embargo, gracias a las intervenciones médicas, ha experimentado cambios notables. Se han ido eliminando las malformaciones y aliviando el dolor persistente. Emocionalmente, es evidente una transformación; Romina irradia alegría y felicidad.
Con un año de pertenecer a Shriners, Romina se ha sometido a una operación en el hospital de Ciudad de México, que incluyó un alargamiento de tendón y una intervención en los huesos calcáneos. A pesar de la comprensible inquietud, su madre, Abi, destaca la atención y el apoyo brindados por el personal médico.
Ahora Romina se prepara para la siguiente fase de su tratamiento: la terapia recomendada por los médicos.
Las operaciones han sido un desafío para ella, sin embargo, Romina ha demostrado una valentía excepcional. Su deseo de mejorar y caminar en el futuro le ha dado la fuerza necesaria para afrontar cada intervención.
Romina, además de ser una paciente valiente, es una apasionada creadora de contenido. Le encanta grabar videos y compartirlos. Su amor por la música y el dibujo ilustra su espíritu vibrante. Sin embargo, su mayor sueño es sencillo pero significativo: poder manejar una bicicleta. La terapia representa un paso más cerca para cumplir este sueño.
A medida que Romina avanza en esta nueva etapa de su tratamiento, su familia celebra no solo los logros físicos, sino también el crecimiento emocional y espiritual que han experimentado juntos. La fuerza y valentía que demuestra la pequeña es admirable, ha enseñado a su familia a sobrellevar situaciones difíciles y a abrazar su singularidad con orgullo.