¡Atención! Éxito de la terapia con casco en el Hospital Shriners para Niños Chicago
Benjamin tenía apenas 3 meses cuando sus padres notaron que prefería un lado de su cabeza, volteándola más hacia un lado que hacia el otro. Su familia intentó reposicionar su cabeza de lado a lado, pero no notaron mucha mejoría.
El bebé desarrolló una zona plana en la cabeza. Finalmente, recomendaron a los padres que le llevaran al Hospital Shriners para Niños Chicago para una evaluación craneofacial, y cuando tenía 7 meses, Benjamin tuvo su primera cita. En la cita inicial, el personal de enfermería especialistas en cirugía plástica del Hospital Shriners para Niños Chicago realizó una evaluación. El equipo de servicios de ortesis y prótesis pediátricas del hospital utiliza equipos avanzados para documentar cualquier irregularidad en la forma de la cabeza. El hospital de Chicago cuenta con un STARscanner que utiliza tecnología láser para escanear la cabeza de un bebé en menos de dos segundos, mucho más rápido que el método tradicional de escayola.
Durante la cita inicial, colaboraron nuestros equipos del Hospital Shriners para Niños Chicago. Idealmente, nos gustaría saber que sus padres o el fisioterapeuta han hecho un esfuerzo para reposicionar al bebé, incluido colocarle tiempo boca abajo y estiramientos suaves del cuello, si es apropiado, antes de iniciar la terapia con casco.
“La cabeza de Benjamin se encontraba plana y moderadamente asimétrica, por lo que a los 8 meses de edad se le colocó un casco. Creamos el casco a partir de un escaneo 3D de nuestro STARscanner”, explicó Craggs.
Inquietudes sobre el casco
A veces, los padres o abuelos pueden mostrarse reacios al casco en un principio. “Siempre les aseguramos a los padres que esto no debería tener ninguna relación con la inteligencia, el aprendizaje o el desarrollo del bebé. Esa es una gran preocupación que muchos padres expresarán”, comentó Marisa Foss, CPNP, MSN, enfermera practicante en pediatría. “Otra es: ¿Le dolerá usar el casco?”
“Con estos cascos estamos tratando de aprovechar el poder del crecimiento natural del bebé. No presionamos la cabeza para colocar el cráneo en una mejor posición”, explicó India Jacobson, CPO. “Solo estamos sosteniendo la parte exterior, hay huecos dentro del casco. Cuando el cráneo crece, llena esos vacíos y adquiere una mejor forma”.
“Ciertamente aseguramos a los padres que si (el casco) se ajusta correctamente, no debería causar dolor. Una de las muchas razones por las que los traemos de vuelta para visitas tan periódicas es para que el casco pueda ajustarse según sea necesario”, explicó Foss.
Un buen resultado
“Benjamin usó el casco según lo prescrito, que era 23 horas al día, todos los días. En su caso tuvo resultados favorables después de menos de cuatro meses de tratamiento. El tratamiento con terapia con casco suele durar entre cuatro y ocho meses”, comentó Foss. El equipo del Hospital Shriners para Niños Chicago atiende un promedio de 12 pacientes al mes en el programa en crecimiento. Después de la terapia, la cabeza de Benjamin se había redondeado bien y mostró una mejora en la simetría. “Había mejorado hasta el punto en que consideraría a Benjamin normocéfalo, es decir, en condición normal”, dijo Foss.
Además de la terapia con casco, los padres de Benjamin también lo estimulaban constantemente mientras estaba despierto, animándolo a pasar tiempo boca abajo. “Esto es importante porque ayuda a fortalecer los músculos del cuello y la espalda alta de Benjamin, los cuales también ejercen tracción en la parte posterior de su cabeza y contribuyen a todo el proceso. Durante la terapia, seguimos recomendando que los bebés sean colocados boca arriba para dormir, ya que es lo más seguro para las vías respiratorias y la respiración”, aconsejó Foss.
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