La historia de Sharon
La experiencia de Sharon, una joven de catorce años, en el Hospital Shriners de Boston, comenzó en octubre pasado, cuando sufrió una terrible lesión en el establo donde acostumbra montar a caballo. En un extraño accidente, un caballo que estaba cuidando la mordió y le arrancó cuatro centímetros del labio inferior. La mamá de Sharon, Christine, relató la angustiosa experiencia en la sala de emergencias del hospital de la zona, en New Hampshire. “Teníamos mucho miedo por nuestra hija”, contó.
Los médicos y cirujanos plásticos de la sala de emergencias coincidieron en que, dada la gravedad de la herida, Sharon debía ver a un especialista con mayor experiencia fuera de New Hampshire. Sin saber adónde ir, Christine y su esposo recurrieron a su amplia red de amigos de la comunidad médica con el fin de encontrar al mejor especialista en cirugía plástica facial para Sharon. La búsqueda los llevó a un cirujano plástico de Bedford, que cerró inmediatamente la herida de Sharon cosiéndole el labio inferior y luego puso en contacto a la familia con Daniel Driscoll, M.D., especialista en cirugía plástica y reconstructiva en el Hospital Shriners de Boston.
Según Christine, desde que la familia llegó al Hospital Shriners de Boston, al día siguiente, su experiencia fue totalmente diferente a la de la sala de emergencias de su ciudad. “Desde el momento en que cruzamos el umbral de la puerta, todos fueron amables y comprensivos con nosotros. En nuestra primera visita, tuve que hacer un esfuerzo para no llorar”, aseguró. “Me sentí muy afortunada porque sabía que mi hija estaba en las mejores manos”.
Primero, cuando bajó la inflamación, el Dr. Driscoll le hizo a Sharon una cirugía láser; y dentro de un año, aproximadamente, realizará otra. Christine recuerda lo aliviada que se sintió durante todo el proceso. “Todos fueron maravillosos en el Hospital Shriners de Boston. Nunca me había sentido tan cómoda en un hospital”, dijo. “El día de la cirugía, todos se aseguraron de que Sharon no tuviera miedo. Hubo muchas risas y un gran cuidado”.
La atención de Sharon estuvo a cargo de un equipo multidisciplinario, y Christine tiene una larga lista de integrantes del personal a los que quiere agradecer. Entre ellos está Debbie Sullivan, de Coordinación de la atención; los miembros del personal de admisión de pacientes que registraron a la familia; todas las enfermeras; el anestesiólogo; la fotógrafa médica; los integrantes del personal que llevaron a Sharon al quirófano en la silla de ruedas y la especialista en maquillaje del hospital que le enseñó a disimular sus cicatrices. “Todos la cuidaron y nos hicieron sentir seguros”, dijo Christine.
Sharon no permitió que el accidente le impidiera hacer lo que ama. ¡Christine cuenta que “volvió al caballo” en cuanto el Dr. Driscoll la autorizó! Describe a su hija como una adolescente superamable, divertida e inteligente que en los últimos meses no se perdió nada. “Tiene un espíritu fuerte, estoy muy orgullosa de ella”, agregó.
La familia decidió retribuir al hospital con una generosa donación de diarios de gratitud para nuestros pacientes. “Queremos agradecer al Hospital Shriners de Boston y a todos los que nos ayudaron. Sentimos que hemos recibido y seguiremos recibiendo la mejor atención”, aseguró Christine. “¡No podemos expresar con palabras nuestro agradecimiento!”.
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