Reflexión sobre sus 38 años en Shriners Children's

Por Kathy Kelly Huston, Hospital Shriners para Niños Salt Lake City

Cuando me uní a esta organización y al poderoso equipo de aproximadamente 65 miembros del Hospital Shriners para Niños Salt Lake City en 1984, nuestro centro era en verdad el secreto mejor guardado en todo el valle. ¡Tanto fue así que me dirigí a otro hospital infantil por error para mi primera entrevista! Afortunadamente, el director de Recursos Humanos de Shriners Children's fue muy comprensivo y me contrató como recepcionista a pesar de tener dificultades con la geografía. Conquistaron mi corazón ese primer día: Durante mi recorrido por el hospital, un paciente, quién seguramente notó que estaba nerviosa, me pidió un abrazo.

Los primeros años estuvieron llenos de oportunidades de aprendizaje sobre la increíble fraternidad Shriners que fundó Shriners Children's, la cual continuó apoyándola a lo largo de los años de muchas maneras. Imagínense trabajar en un hospital donde médicos reconocidos a nivel mundial, como Sherman S. Coleman, M.D., tratan con éxito a niños de toda la región intermontañosa y el extremo norte de México, independientemente de su capacidad de pago.

Fui testigo de muchos milagros quirúrgicos entre nuestros pacientes, algunos de los más conmovedores involucraron a los increíbles niños de Juárez, México. Un joven con los pies gravemente deformados pudo regresar a casa con la promesa de obtener un mejor resultado ya que su nueva cirugía ahora le permitiría subir escaleras. Una niña de un orfanato, quien nació sin brazos ni piernas pero que tenía la voz de un ángel, mantuvo a sus cuidadores en constante alerta después de que le proporcionaran en una silla de ruedas eléctrica controlada por la boca.

Las caravanas anuales de Shriners llegaban al hospital y traían de todo, desde alimentos y juguetes hasta artículos de oficina y donaciones de dinero. Shriners de cada una de nuestras sedes de apoyo trabajaron diligentemente en sus comunidades durante todo el año para llenar nuestros armarios y cuentas bancarias con donaciones y así poder satisfacer las necesidades de nuestros pacientes. Las filas de vehículos, cargados hasta el tope, llegaban con escolta policial a nuestro pequeño hospital en la colina. Todos los miembros del personal se ponían manos a la obra para ayudar a descargar lo recaudado y realizar recorridos. Nuestro jefe de personal en ese momento, el Dr. Coleman, un verdadero pionero en la comunidad ortopédica, solía presentar algunos de casos de pacientes al grupo.

Volvamos al presente. Los registros médicos en papel son cosa del pasado, mientras que la informatización y los constantes avances médicos a través de la investigación continua en nuestras propias instalaciones son alucinantes. Lo único que no ha cambiado es el compromiso de Shriners con los niños y los miembros del personal dedicados y capacitados en todo el sistema que hacen que la magia suceda para estos increíbles niños y sus familias.