Jenny navega sola por todo el mundo
Jenny navega sola por todo el mundo
Jenny:
En verdad, esto pudo haber contribuido a exactamente todo en mi vida. Yo creo que las cosas nunca salen como uno lo espera en la vida. Y todo es cuestión de cómo uno percibe y afronta eso, eso es más importante que lo que realmente te está sucediendo. Y seguir adelante con lo que uno cree y lo que quiere hacer. Eso es lo que hicieron mis padres ante un diagnóstico erróneo y sin que nadie pudiera ayudarme, siguieron insistiendo para que yo pudiera caminar y vivir una vida independiente. Y apareció Shriners como eso que ellos habían estado buscando y que hizo posible todo aquello. A lo largo de muchos de los viajes de mi vida, me he topado con muchos obstáculos, incluso en este viaje. Han sido tantos años de preparación y más de una vez podría haber abandonado fácilmente.
Pero todo lo malo que pasaba, sentía que me llevaba exactamente al punto correcto donde podía suceder lo bueno, que hacía posible lo bueno. El camino que llevó a mis padres a Shriners, todo eso tenía que suceder. Y luego, también, recibir el diagnóstico de parálisis cerebral, sentarnos durante el fin de semana a considerarlo, seguir adelante, tratar de encontrar una respuesta a lo que estaba mal conmigo, o al menos la solución al problema. Yo hago mi propia hoja de ruta meteorológica y obviamente toda la navegación. La parte de navegación debe de ser la más fácil. La cuestión es todo lo anterior a eso, todas las reparaciones. Al navegar en solitario, uno pasa horas interminables despierto. Uno sufre privación de sueño, la nutrición no es muy buena. La exigencia física de estar en movimiento todo el tiempo, incluso al estar durmiendo, es agotadora a nivel físico. La mayoría del tiempo de viaje te sientes como si te hubiera atropellado un coche. Y luego las temporadas de ciclones comenzaron anticipadamente y llegó un ciclón en octubre. Así que, en lugar de tener seis meses para cruzar el Pacífico, terminé teniendo unos tres meses y hubo un ciclón donde estaba. Tuve que desmontar el barco, quitar todas las velas y anclar al fondo. Estoy en Vuda Marina, en uno de los refugios seguros contra ciclones del Pacífico Sur, pero si pierdo el barco en un ciclón, se acabó. No puedo gastar mucho más dinero en hacerle arreglos al barco.
Así que decidí mantenerme a salvo durante la temporada de ciclones, porque estoy en uno de los puntos más seguros en los que se puede estar. Espero llegar al Atlántico para el 25 de octubre, lo que será muy pronto. Luego me toca el Océano Índico, que es bastante impredecible.
Después del Océano Índico, siento que podré respirar un poco mejor. A esta altura no hay nada que me detenga. He trabajado demasiado duro y he llegado demasiado lejos, así que... Creo que tomaré mucho impulso cuando avance un poco más.