El Hospital Shriners para Niños de St. Louis mejora la vida de dos generaciones de pacientes con problemas de columna
Recibir atención de primer nivel para la escoliosis es cosa de familia para Traci y su hijo, Rumer.
Gracias a su conexión única, a Traci le apasiona el impacto generacional que ha tenido el Hospital Shriners para Niños de St. Louis en su familia.
Hace 25 años, Traci se sometió a cirugía de fusión espinal en el Hospital Shriners para Niños St. Louis, ya que tenía una curvatura de 55 grados en la columna. Años más tarde, se topó con otro caso de escoliosis que le tocó muy de cerca. Rumer, su hijo, tenía 5 años cuando una radiografía reveló una ligera curvatura en su columna.
“Se me hundió el corazón”, dijo Traci.
A Rumer le diagnosticaron escoliosis congénita, una curvatura de la columna vertebral lateral causada por una malformación presente al nacer. En el caso de Rumer, los huesos de su columna no se formaron completamente y no se separaron en el útero.
A medida que fue creciendo, también iba aumentando su malestar. Cuando Rumer era adolescente, su escoliosis progresó rápidamente y su curvatura aumentó de 10 a 63,6 grados. En busca de una solución, su familia buscó la mejor atención pediátrica disponible para la columna vertebral.
Sin embargo, buscando ayuda de una multitud de médicos, Traci se sintió desanimada. “Como padre, uno sabe cuándo algo no está bien. Uno confía en su instinto cuando se trata del bienestar de su hijo. Pero con cada consulta, ese sentimiento de confianza nunca llegaba. Me negué a conformarme”, dijo Traci.
Comencé a investigar más a fondo, buscar especialistas, leer publicaciones sobre las cirugías y observar las tasas de éxito. Y ahí fue cuando lo comprendí. El Hospital Shriners para Niños de St. Louis había sido mi lugar seguro cuando me realizaron esta misma cirugía hace 25 años.
En ese momento, su familia vivía en el sur de Florida y emprendió un viaje de 1930 kilómetros (1200 millas) hasta St Louis para que Rumer pueda atenderse, un viaje largo que su familia considera que valió la pena.
“Desde el momento en que entramos, supe que habíamos tomado la decisión correcta. La diferencia fue inmediata: radicalmente opuesto a lo que habíamos experimentado en nuestras citas anteriores en otros hospitales. La atención, la experiencia, la compasión: era todo lo que estábamos buscando", dijo Traci. “Por primera vez en este largo recorrido con tantas emociones, nos sentimos seguros. Y en ese momento supe que mi hijo estaba en las mejores manos del mundo”.
La escoliosis congénita es el tipo menos común de escoliosis. Se presenta en uno de cada 10 000 recién nacidos, según la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos . Aunque muchos hospitales consideraban que su caso era increíblemente raro, nuestros médicos se sentían con confianza ya que recbían muchos tipos únicos de escoliosis con regularidad.
El Dr. Blake Montgomery, MD, médico de Shriners Children's, le realizó una cirugía de fusión espinal con colocación de varilla para ayudar a enderezar su columna: el mismo procedimiento al que se había sometido su madre años antes.
“La cirugía de columna ha cambiado mucho en los últimos 25 años. Actualmente contamos con técnicas muy diferentes en la forma de tratar la escoliosis. Contamos con amplio beneficio de la tecnología y la utilizamos para ayudar a que la cirugía sea más segura. Nuestras cirugías son más rápidas que antes. Hay menos pérdida de sangre, lo que permite que nuestros pacientes salgan del hospital mucho antes”, afirma el Dr. Montgomery.
Después de la cirugía, Rumer le dijo a su madre: “Mi vida ha cambiado para siempre”.
Al no enfrentarse ya a la incomodidad constante, puede hacer lo que ama. Rumer ahora está conduciendo algo con lo que no se sentía cómodo antes de la cirugía. Tiene su permiso y espera obtener su licencia a finales de este verano. Se prepara para graduarse de la escuela secundaria, y está interesado en unirse a la academia de policía.
“Es una satisfacción máxima saber que has marcado una verdadera diferencia en la vida de alguien”, afirmó el Dr. Montgomery.
Mientras reflexiona sobre su tiempo en Shriners Children's, Traci expresa que el impacto de Shriners Children's ha sido profundo. “Shriners no es sólo un hospital. Es un lugar de esperanza y sanación, donde sabíamos que nuestro hijo estaba recibiendo la mejor atención posible”, dijo Traci. "Es el lugar que brinda a padres como yo la tranquilidad de saber que nuestros hijos están realmente cuidados. Y por eso estaré eternamente agradecida”.
Rumer abraza a un oso de peluche Higgy Bear en su cama de hospital. Este animal de peluche especial tiene una cicatriz en la espalda, igual que Rumer.