Para Dallas, ese momento significó mucho más que simplemente correr: fue la culminación de años de trabajo duro y determinación. Dallas nació con pie zambo y le realizaron su primera amputación cuando tenía apenas 3 años. Si bien esta cirugía temprana lo ayudó a ganar movilidad, todavía le quedaba un largo camino por recorrer. A medida que Dallas crecía, los desafíos se multiplicaron, necesitó más cirugías y, finalmente, una decisión que cambió su vida.
En su juventud, Dallas siempre se sintió atraído por los deportes y se unió con entusiasmo a actividades como la natación, el béisbol, el fútbol americano y el fútbol. A pesar de su limitada movilidad, siguió adelante, aunque, como dijo su madre Susan, “no corría y le costaba bastante mantener el ritmo”. Seguía apasionado por los deportes, pero con cada estirón, su prótesis se iba volviendo más difícil de manejar y su condición empeoraba. Cuando estaba en la escuela secundaria, Dallas usaba silla de ruedas, un andador y un fijador. La posibilidad de correr parecía más lejana que nunca.
Después de incontables conversaciones y muchos días difíciles, Dallas tomó la difícil decisión de someterse a una segunda amputación, la de la pierna izquierda por debajo de la rodilla. El Dr. Kenneth P. Powell, MD, cirujano ortopédico, lo tranquilizó, diciéndole que era el mejor camino a seguir. “Durante el tiempo que tuve el fijador externo, había muchas emociones que estaba procesando. Estaba pasando por un mal momento”, dijo Dallas. Sin embargo, con el apoyo de su familia, decidió seguir dando pelea. Su padre, que había estado enfrentándose a un cáncer de esófago, lo motivó, planteándole: “Dallas, vamos a dar esta batalla juntos”.
Cuando usé mi prótesis por primera vez, corría por mi cuadra todas las noches, para ganar fuerza.
Después de la amputación, los resultados fueron inmediatos. La primera vez que Dallas se probó su prótesis de correr, no lo podía creer: “Estaba en shock. Nunca había corrido antes. Cuando usé mi prótesis por primera vez, corría por mi cuadra todas las noches, para ganar fuerza”. En el viaje de regreso a casa desde el Hospital Shriners para Niños de Shreveport, ya con su prótesis, Dallas se dirigió a su madre con más determinación: “Mamá, conseguí lo que quería. Estoy listo para jugar al fútbol americano y volver a salir al campo. Siento que esta vez sí podré hacer algo”.
Regresar al fútbol americano fue un gran obstáculo para Dallas, pero superarlo se convirtió en su triunfo más gratificante. Entrenó incansablemente, y ganó fuerza y confianza con su nueva prótesis. Cuando empezó la temporada escolar, estaba listo. “Mi primer partido después de la prótesis fue muy emotivo”, dijo, todavía sorprendido de haber podido marcar la diferencia en el campo. Con el apoyo inquebrantable de sus compañeros de equipo y entrenadores, Dallas logró realizar varios placajes en toda la temporada.
“Esta comunidad, esta escuela, todos se unieron para apoyarlo...” dijo Susan, “...y ese apoyo motiva a cualquier niño”.
Su padre también encontró fortaleza en la resiliencia de su hijo, y le dijo, “Si tú puedes seguir luchando, yo puedo seguir luchando”. Como dijo Susan: “Dallas realmente nos inspira a luchar”.
Como madre, Susan comprende que todos los niños merecen la oportunidad de perseguir sus sueños. “Espero que alguien allá afuera escuche nuestro mensaje y anime a sus hijos”, dijo. “Si tienen un hijo o hija que quiere ser animadora o jugar fútbol americano, díganle que lo pruebe. A mí, Dallas me da mucha fuerza en mi vida”.
A lo largo de su trayectoria, Dallas ha mantenido un objetivo central: inspirar a los demás. “Quiero animar a los niños a que hagan todo lo que se propongan”, dijo. “No importa lo difícil que sea la situación, tienen que seguir adelante”. Ahora en su segundo año en la escuela secundaria, Dallas mira hacia el futuro y sueña con hacer su primera anotación. En momentos de duda, se apoya en el consejo de su madre: “No dejes que nadie te diga lo que no puedes hacer. Tú muéstrales lo que puedes hacer”.
Dallas se reúne con Bryce Cabeldue, jugador de fútbol americano universitario de la Universidad de Kansas, durante el día de prensa del East-West Shrine Bowl.
Dallas con varios jugadores de fútbol universitario en el East-West Shrine Bowl.
Dallas junto a otros pacientes embajadores de Shriners Children's.
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