Dos y dos: El equipo POPS del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra les coloca brazos mioeléctricos a estos dos hermanos
Christian y Jacob son pacientes del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra desde que eran niños pequeños.
Recientemente compartieron la experiencia de colocarse un brazo mioeléctrico con el equipo de Servicios ortopédicos y prostéticos pediátricos (POPS) . Los hermanos tienen una oportunidad única de aprender el uno del otro, en este momento en que están incorporando estos dispositivos con tecnología de vanguardia a su vida cotidiana.
Las prótesis mioeléctricas utilizan los músculos existentes en el miembro residual del paciente para controlar la función de la prótesis. El encaje protésico cuenta con unos sensores que reciben señales eléctricas cuando el paciente activa músculos específicos de su miembro residual. Esto envía un mensaje a la prótesis, indicándole a los dedos que se muevan.
Brock McConkey, CPO, gerente de prótesis y ortesis del Hospital Shriners de Nueva Inglaterra, está a cargo de la atención de Jacob, mientras que la protesista Liz Selgrade atiende a Christian. Cuando los hermanos comenzaron a considerar el uso de brazos mioeléctricos, lo discutieron con sus respectivos proveedores, probaron una prótesis simulada y realizaron varias pruebas de adaptación. “Incorporar dos brazos mioeléctricos en la misma familia es un caso único”, afirmó Brock. “Liz y yo trabajamos en estrecha colaboración durante todo el proceso y coincidimos en que era importante que la colocación final de las dos prótesis se hiciera el mismo día”.
El día que recibieron las prótesis, Brock y Liz ayudaron a los hermanos a realizar los ajustes finales y a descargar la aplicación correspondiente. La aplicación permite controlar ciertas configuraciones del dispositivo y también incluye videos de solución de problemas y otras instrucciones operativas. Según Rachel (mamá de los hermanos), Christian y Jacob accedieron inmediatamente a estos recursos. “Tenían todo descargado y estaban emocionados de empezar a ver vídeos en el camino a casa”, dijo.
Siempre están surgiendo nuevas tecnologías de prótesis. A medida que nuestros pacientes crecen y participan en nuevas actividades o intereses, analizamos si tiene sentido explorar el uso de herramientas para tareas específicas, como los brazos mioeléctricos.
La comunicación continua entre los pacientes y los profesionales de POPS y es esencial en todo el proceso de aprender a utilizar la prótesis en todo su potencial. “Siempre están surgiendo nuevas tecnologías de prótesis”, explicó Brock. “A medida que nuestros pacientes crecen y participan en nuevas actividades o intereses, analizamos si tiene sentido explorar el uso de herramientas para tareas específicas, como los brazos mioeléctricos. Dado que es una herramienta más sofisticada, suele ser más adecuada para pacientes de mayor edad”.
Christian, que está en tercer año de secundaria, ha usado otras prótesis anteriormente que lo han ayudado con diferentes actividades, como el levantamiento de pesas. Gracias al brazo mioeléctrico, ahora puede realizar muchas tareas cotidianas con mayor facilidad. “Por ejemplo, ahora puedo abrir botellas con dos manos, usando la segunda mano para sujetarlas, en lugar de tener que usar el codo contra el pecho”, explicó. Los brazos mioeléctricos ofrecen una variedad de agarres dependiendo de la tarea que se esté realizando. Christian descubrió que a través de la aplicación se podía agregar agarres, y luego le enseñó a Jacob esta posibilidad.
Jacob está en séptimo grado, y considera que su nueva prótesis le resulta útil para sostener objetos como su teléfono celular. El brazo tiene una función llamada "congelar": los dedos biónicos se bloquean durante largos períodos, para que no se caiga un objeto que la persona está agarrando. Jacob se dio cuenta de que no podía controlar esta configuración a través de la aplicación, pero una simple visita al Departamento POPS resolvió el problema. “La sensibilidad no estaba configurada lo suficientemente alta como para permanecer en modo congelado, pero Brock lo pudo solucionar”, explicó.
Tanto Christian como Jacob usan el brazo mioeléctrico en la escuela casi todos los días (si llueve, prefieren no arriesgarse a que el dispositivo se moje mientras esperan el autobús) y siguen aprendiendo juntos las capacidades que ofrece. Compartir esta experiencia es beneficioso de muchas maneras. “Dependemos en gran medida de los comentarios de pacientes actuales como Christian y Jacob para responder a futuros pedidos de prótesis de los pacientes”, afirmó Brock. “En casa, hablar de lo que les resulta útil sobre el brazo mioeléctrico, y de los problemas que puedan surgir, también contribuirá a su éxito a largo plazo”.