La prótesis es una extensión de la identidad del niño
Al principio, puede sentirse que la prótesis es un objeto extraño.
Pero con el tiempo, se transforma en algo más que un simple reemplazo de una extremidad faltante: pasa a ser una extensión de la persona, un recordatorio de su capacidad de seguir avanzando.
Mauricio, paciente de 9 años de edad del Hospital Shriners para Niños de México, lo entiende bien. Va a menudo al hospital para renovar y personalizar su prótesis de la forma que mejor se adapte a él, para poder sentirse realmente él mismo.
Mauricio nació con una afección congénita llamada “agenesia del pie izquierdo”, lo que significa que le faltaba la parte inferior de la pierna. Ante este desafío, su madre, Lili, comenzó a buscar opciones de tratamiento. Cuando Mauricio tenía apenas un año, oyeron hablar del Hospital Shriners para Niños de México gracias a un familiar, quien también era paciente.
Mauricio comenzó a viajar desde su ciudad natal de Ciudad Juárez, Chihuahua, hasta la Ciudad de México, donde recibió su primera prótesis. Al principio, la adaptación a la prótesis fue un proceso complicado, pero con el tiempo, el ajuste fue tan exitoso que hoy Mauricio juega fútbol y se considera el mejor defensor de su equipo.
Para nosotros la apertura de esta nueva clínica es realmente una bendición, un milagro.
El uso de su prótesis ha mejorado significativamente la calidad de vida de Mauricio, y se siente cómodo usándola. Cada vez que recibe una nueva prótesis, le encanta personalizarla con diseños que reflejen su personalidad. Esto es esencial para él, ya que siente la prótesis como una verdadera extensión de sí mismo.
Tan convencido está de la importancia de personalizar las prótesis que, junto a su madre y algunos voluntarios, recogen donaciones de varios metros de tela y las llevan al hospital en cada visita, para que otros pacientes también tengan la oportunidad de hacer de sus prótesis parte de su identidad.
Este noble gesto convirtió a Mauricio en el candidato perfecto a paciente embajador de la Clínica Chihuahua de Shriners Children's, la quinta clínica ambulatoria ubicada en México.
Ahora, Mauricio y su madre no necesitarán tomar un avión y separarse del resto de su familia para que él se atienda en la Ciudad de México, ya que podrán acceder a atención de alta calidad en su estado natal: esto se traduce en menos costos y tiempos de viaje.
Mau y Lili en el Hospital Shriners para Niños de México con su donación de tela.