Keegan nació sin su brazo derecho por debajo del codo. Se hizo paciente del Hospital Shriners para Niños New England desde que tenía 18 meses. Durante los siguientes 20 años, el protesista Brock McConkey, CPO, y el equipo del Departamento de ortesis y prótesis fabricaron dispositivos para Keegan, lo que le permitió participar en esquí competitivo, ciclismo, kayak, gimnasia, golf, levantamiento de pesas y cualquier otra actividad que despertase su interés. Brock la ayudó a poder hacer todo lo que soñaba.
Cuando Keegan cumplió 21 años y terminó su atención pediátrica en Shriners Children's; se mantuvo en contacto con Brock y un día él la llamó para ofrecerle la oportunidad de su vida.
Brock se estaba preparando para embarcarse en una misión voluntaria a Kenia con la Limb Kind Foundation, una organización sin fines de lucro que proporciona prótesis gratuitas a niños en países subdesarrollados y empobrecidos. Quería saber si a Keegan le interesaba ir también. Ella serviría como mentora para los niños que recibirían prótesis por primera vez. "Pensé que sería genial trabajar codo con codo con un expaciente mío para ayudar a inspirar a los niños a hacer cosas increíbles", dijo Brock.
Al recordar las numerosas ocasiones a lo largo de su infancia en las que una prótesis cambió su vida, Keegan aprovechó la oportunidad de retribuir. “Tuve la suerte de recibir prótesis a medida que crecía y de asistir a campamentos que me permitieron aprender a usarlas para diferentes actividades, por lo que poder ayudar a otros niños de esta manera fue una oportunidad increíble”.
*Todas las fotos y copias, Matilde Simas
Ser mentora y poder mostrarles a estos niños lo que es posible hacer con dispositivos ortopédicos correctamente ajustadas fue un verdadero honor. Es imposible de describir.
Mientras estuvo en Kenia, Keegan respondió preguntas de pacientes y sus familias, demostró cómo usar dispositivos ortopédicos de miembros superiores e inferiores y brindó aliento para ayudar a cada niño a desarrollar confianza para usar la nueva extremidad que habían recibido. Durante el viaje de una semana, a 53 niños se les colocaron dispositivos para las extremidades superiores e inferiores. “Ser mentora y poder mostrarles a estos niños lo que es posible hacer con dispositivos ortopédicos correctamente ajustados fue un verdadero honor. Es imposible de describir”, explicó Keegan.
Para Brock, la presencia de Keegan en este viaje fue inspiradora. “Keegan aporta una actitud positiva y positiva dondequiera que vaya. Dejó una impresión duradera en los niños de Kenia, mostrándoles que pueden hacer grandes cosas en este mundo. Como protesista de Keegan, estaba muy orgulloso de compartir esta experiencia con ella”, dijo Brock.
Una de las partes más memorables del viaje para Keegan fue ver a una niña llamada Esther probarse su nueva prótesis de brazo por primera vez, un momento que Keegan recuerda vívidamente de su propia infancia. Observó con asombro cómo Esther abría y cerraba el gancho que llevaba en el extremo de su brazo y luego sonrió con orgullo cuando aprendió a escribir su nombre usándolo. “Durante mi infancia, tuve el deseo de ser diestra y poder sostener cosas con esa mano, y una prótesis hizo que fuera posible. Fue un honor presenciar que esto también se hizo realidad para Esther. Ella era natural y en ese momento supe que estaría bien y que podría usar este brazo para beneficiar su vida durante mucho tiempo”.
Para Keegan, el viaje a Kenia puso en perspectiva lo afortunada que era de tener acceso a atención cerca de casa en Shriners Children's. Brock siempre estaba a solo un mensaje de texto de distancia para solicitar una cita improvisada para ajustar su dispositivo actual o para brindar el mismo apoyo y aliento que pudo ofrecer a los niños y las familias en Kenia.
“Poder presenciar a Brock crear extremidades para niños que de otro modo nunca habrían tenido la oportunidad fue increíble”, dijo. "Él había hecho esto por mí toda mi vida, por lo que trabajar junto a él fue realmente un momento de cierre de ciclo que recordaré para siempre".
Como mentora y consultante para niños y familias en Kenia, Keegan ofreció apoyo, aliento y demostración de prótesis para ayudar a cada paciente a sentirse cómodo y seguro.
El juego al aire libre le dio a Keegan una oportunidad única de aprender sobre cada niño y sus objetivos, todo mientras se divertía y trabajaba en equipo (Matilde Simas).
Keegan observa a Brock McConkey mientras realiza un ajuste en la prótesis de un niño (Matilde Simas).
Keegan y sus compañeros mentores desempeñaron un papel integral al responder preguntas, realizar demostraciones y ofrecer aliento a cada niño cuando recibieron su primera prótesis (Matilde Simas).
¡Diversión al sol! Participar en una variedad de actividades y juegos permitió a Keegan y a los otros mentores generar confianza y conexión con cada niño y su familia, cuyas edades variaban desde niños pequeños hasta adolescentes (Matilde Simas).
Keegan formó un vínculo especial con Esther, quien recibió su primera prótesis de brazo. Ser mentora de Esther fue increíblemente significativo y memorable para Keegan, ya que le recordaba a sí misma cuando era joven (Matilde Simas).
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