Conozca a Drew
Drew, quien ahora es un niño activo de 6 años, tuvo su primera cirugía cuando tenía 8 semanas de edad y una segunda cuando tenía 4 meses.
Lauren y Greg se enteraron por primera vez de que su hijo Drew nacería con labio leporino durante una ecografía de rutina en Mass General Brigham. Sabían muy poco sobre el diagnóstico de labio leporino y tenían muchas preguntas. Al principio, lo desconocido los asustó. Después de esa primera ecografía, la preocupada pareja se reunió con un equipo especializado en el cuidado de labio leporino para comprender mejor lo que podían esperar una vez que naciera Drew.
Lauren y Greg investigaron a varios médicos en distintos hospitales locales y decidieron trabajar con William G. Austen, M.D., cirujano plástico de Hospital Shriners para Niños Boston. El Dr. Austen también es jefe interino de Cirugía oral maxilofacial y odontología en Mass General Brigham.
“Sentimos que estábamos en las mejores manos con el equipo especializado en labio leporino de Shriners, y el Dr. Austen nos aseguró que podría reparar el labio de Drew hasta el punto en que sería casi imperceptible,” afirmó Lauren.
Sentimos que estábamos en las mejores manos con el equipo especializado en labio leporino de Shriners, y el Dr. Austen nos aseguró que podría reparar el labio de Drew hasta el punto en que sería casi imperceptible.
Los padres primerizos también se sintieron cómodos al saber que tenían acceso a un equipo de médicos de diferentes especialidades en el Hospital Shriners para Niños Boston que trabajaría con ellos. Lauren explicó que el especialista en alimentación ha sido increíblemente útil desde el principio, en especial justo después de las cirugías de Drew. Los niños con labio leporino pueden tener dificultades para obtener la nutrición que necesitan y un especialista en alimentación ayuda a las familias a manejar este desafío.
Drew tuvo su primera cirugía cuando tenía 8 semanas de edad, y una segunda cuando tenía 4 meses. Todos los médicos involucrados en la atención de Drew trabajan en colaboración como un equipo para garantizar que Drew tenga acceso a los servicios que necesita a medida que crece. “Nuestro odontólogo ahora está conectado con el ortodoncista, todo a través del equipo especializado en labio leporino. No tenemos que preocuparnos por encontrar nuevos médicos a medida que cambian las necesidades de Drew. Ya estamos preparados y todos están en comunicación”, comenta Lauren.
Ahora con 6 años, Drew es un niño activo al que le encantan los deportes. Sus favoritos son el béisbol, el fútbol y el fútbol americano. Drew es más feliz cuando está afuera lanzando una pelota de béisbol o fútbol con su papá o jugando fútbol con su hermana pequeña.
Drew regresa todos los años al Hospital Shriners para Niños Boston para asistir a su tratamiento de seguimiento y su equipo de atención está monitoreando su progreso para determinar si necesitará cirugía adicional a medida que crezca. La coordinadora de atención médica Sandy Barrett es una de las favoritas de la familia. “Sandy se aseguró de que tuviéramos todo lo que necesitábamos y ahora ansiamos verla en nuestras visitas anuales. En Shriners, nos sentimos como en familia. Aunque solo vamos una vez al año, vemos las mismas caras, ellos recuerdan a Drew y parecen genuinamente emocionados de verlo y preguntar cómo está”, afirma Lauren.
Lauren y Greg recuerdan lo que experimentaron cuando se enteraron por primera vez del diagnóstico de Drew. Sintieron miedo y preocupación y se vieron abrumados por las preguntas que les surgían. Lauren tiene un mensaje para otras familias en circunstancias similares. “Está bien sentirse abrumados. Recomiendo a los padres que se comuniquen con otras familias que hayan pasado por una cirugía de reparación de labio leporino. Me resultó muy útil escuchar las historias de otros y obtuve muchos consejos que me sirvieron durante la recuperación de la cirugía de Drew. Definitivamente no estábamos solos”.
Lauren y Greg encontraron un ambiente acogedor en el Hospital Shriners para Niños Boston. Lauren explicó: “Hay niños con una variedad de necesidades que van desde algo simple hasta situaciones más serias. Lo que nos asombra es que casi todo el mundo tiene una sonrisa en la cara: los niños, los enfermeros y los médicos. Nunca hemos estado en otro centro médico donde se tenga tanto cuidado para garantizar que los niños estén felices y que sus cuidadores se sientan apoyados y reconfortados”.