La cirugía exitosa de Kiera le permite regresar al ballet a los saltos

Kiera se inició en el mundo de la danza cuando tenía 2 años, y desde entonces, quedó hechizada por el ritmo de ocho compases que impulsa a su cuerpo a ponerse en movimiento. Esta descarga creativa ha demostrado ser mucho más que un pasatiempos y le ha permitido a Kiera expresarse libremente, además de fomentar vínculos de amistad duraderos con otros bailarines en los últimos años.

Cuando Kiera cumplió 11 años, comenzó a sentir dolor en la espalda. Si bien su dolor no era muy intenso, fue suficiente para justificar una visita a su proveedor de atención médica primaria. Cuando su médico observó no una sino dos curvas en la columna vertebral de Kiera, la derivó de inmediato para que la atendieran en el Hospital Shriners de Portland.

En el Hospital Shriners de Portland, Kiera fue atendida por el médico ortopedista pediátrico Daniel Bouton, M.D. El Dr. Bouton quería tomar medidas rápidas para prevenir cualquier curvatura adicional y recomendó la cirugía: una fusión posterior para corregir la anomalía en la columna vertebral de Kiera. Kiera y su madre estuvieron de acuerdo con la recomendación de un tratamiento rápido, ya que querían garantizar el mejor resultado posible, y a esa altura las curvas en la columna ya habían avanzado desde el diagnóstico inicial de su proveedor de atención primaria.

“El Dr. Bouton fue fantástico durante todo este proceso y estuvo muy abierto a los diferentes tratamientos y cirugías”, comentó Krista, la mamá de Kiera. “Teníamos previsto que Kiera iba a necesitar una cirugía, pero no sabíamos con seguridad qué tan rápido la necesitaría”.

Después de la cirugía, Kiera y su familia se quedaron en el Hospital Shriners de Portland para su recuperación. Durante su estadía en el hospital, Kiera disfrutó de la visita de los perros de terapia con mascotas en la unidad de pacientes hospitalizados. También le hizo muy bien encontrarse con otra paciente con escoliosis que se realizó una cirugía el mismo día. Ambas niñas forjaron un vínculo de inmediato, y esta nueva amistad motivó a Kiera a lograr la meta de caminar hasta la habitación de su amiga todos los días.

Después de una breve recuperación de tres meses, Kiera pudo comenzar a retomar lentamente algunas de las actividades menos exigentes de las clases de danza. La espalda de Kiera siguió mejorando, y seis meses después de la cirugía, pudo volver por completo al ballet sin restricciones. Kiera agregó con optimismo: “Fue emocionante y me sentí muy bien al volver a bailar sin ninguna restricción”.

“Estaba en el nivel 6 cuando me operé”, comentó Kiera, que ahora tiene 12 años, al hablar sobre su exitoso regreso al estudio de danzas. “Ahora estoy en el nivel 6 y estoy tomando algunas clases del nivel 7 tres días a la semana. También tomo clases de danzas contemporáneas en el nivel 3 una vez a la semana con las chicas del nivel 7”. Es un logro impresionante teniendo en cuenta que el nivel 7 es el más alto que puede alcanzarse en su estudio de danzas. Su talento le permitió ser convocada para varios conjuntos de ballet, como Blancanieves, La bella durmiente y El cascanueces.

“No sentí miedo cuando me dijeron que tenía escoliosis, pero quizás otros chicos se asusten”, comentó Kiera, quien espera que su historia inspire a otros pacientes en situaciones similares. “No está mal sentir miedo, y ayuda a hablar sobre el tema con tus amigos y familiares”.