De donante a papá

Su hijo juega con juguetes como los que él ayudó a donar cuando era adolescente

Cuando escuchó hablar por primera vez de los Hospitales Shriners para Niños de St. Louis, Tom, un pivote demasiado pequeño de 1,6 m del equipo de baloncesto de Odin (Illinois) High School, se estaba esforzando (sin mucho éxito) para marcar a los gigantes de los otros equipos.

Su entrenador organizó un evento de recaudación fondos para comprar juguetes para el departamento de desarrollo infantil del hospital. La esposa del entrenador tomó el dinero recaudado con la venta de tarjetas de descuento, camisetas y productos de panadería; compró juguetes y subió a los chicos a un autobús para que vinieran al hospital a conocer a los niños.

“Cuando uno está en la secundaria, lo toma como un día libre de escuela”, dijo Tom, quien se graduó en 2007. “Ahora me doy cuenta de que significa mucho más”.

El hijo de Tom, Hunter de 5 años, tuvo una cirugía el 21 de septiembre para tratar la escoliosis que él y su esposa, Kelsie, notaron cuando era pequeño. Desde esa cirugía, realizada por el médico Brian Kelly, M.D., Hunter ha estado recorriendo el hospital usando un dispositivo de tracción con halo y disfrutando de los juguetes en el departamento de desarrollo infantil/ludoterapia, los cuales son muy similares a los que su papá trajo con sus compañeros hace más de una década.

El personal de desarrollo infantil/ludoterapia tiene un rol vital en ayudar a que el hospital sea un lugar que les dé menos miedo a los pacientes fomentando estrategias positivas para afrontar la situación. Ellos usan algo llamado “juegos de médicos” antes de la cirugía, junto con una muñeca especial y un equipo médico real, para ayudar a reducir los miedos por los procedimientos. Los especialistas en desarrollo infantil ofrecen distracciones durante los procedimientos como extracciones de sangre o intervenciones intravenosas. Luego, hay un cuarto de juegos para ayudar a los pacientes a adaptarse al hospital y darles un oportunidad de, bueno, ser niños.

Hunter ha pasado mucho tiempo en el cuarto de juegos desde su cirugía. Le encanta jugar al Jenga con quien sea que acepte el desafío y saca a relucir su costado culinario al preparar comidas ficticias en la cocina de juguete.

“En la adolescencia, uno piensa: 'Oh, esos niños son diferentes'”, dijo Tom acerca de su visita al hospital con el equipo de baloncesto. “Ahora, no veo diferencias. Es solo un niño queriendo jugar, al igual que los demás”.

Hunter y sus padres se han quedado junto a la cama por la noche, y el personal médico agrega de a poco peso en su dispositivo de halo para ayudarlo a enderezar la espalda. El plan es que él se quede en el hospital hasta el 21 de octubre, día en el que regresará a casa con sus tres hermanos y sus dos perros en Centralia, Illinois.

Hunter tendrá que someterse a más cirugías a medida que crezca para enderezar su columna vertebral. Sin ese procedimiento, la curvatura hubiera empeorado y comenzado a aplastar los pulmones y otros órganos. Tom agradece la intervención de los Hospitales Shriners.

“Lo que más llama la atención aquí es ver cómo la gente se preocupa por el paciente”, expresó Tom. “A la gente le importa. Uno sabe que a su hijo lo van atender de manera increíble”.